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lunes, 14 de mayo de 2018

El ataque. Pequeños relatos en la naturaleza (I)

      Sierra de Gredos. Hay 35 grados aquí fuera, en pleno julio. Caminamos por la garganta de los infiernos, nombre mas que apropiado, al menos hoy. 


     Aun así, las pozas consiguen refrescarnos y aun tenemos tiempo para distraernos con el entorno que nos rodea. Aquí y allá, a lo largo de toda la senda, se vislumbran manchas de tela blanca.

   Nos acercamos, llevados por nuestra curiosidad,  a tratar de identificar el tipo de animal que habita estos peculiares "campos de caza".

                           

      Son arañas, de eso estamos seguros. Las vemos, adormiladas al fondo del tubo, esperando cualquier estimulo que despierten sus instintos depredadores.

                           

      Algo llama nuestra atención. El campo de caza ha sido cuidadosamente diseñado. Cuenta con una gran bóveda de hilos entrelazados, de forma confusa, entre las plantas que rodean el escenario. Debajo, la pista de baile. El lugar donde las victimas bailaran con la muerte, en forma de araña.

                            

    En esta pista sucedió lo que os relatare ahora, que sin duda ocurrirá una y otra vez, hasta completarse el ciclo de la vida de unos y otros.

     Los hilos se agitan. Un saltamontes acaba de caer en la trampa. Se agita, tratando de zafarse de la telaraña que no lo deja partir, sin darse cuenta que cada vez que se libera, es para aproximarse mas al tablado que sera su muerte.

                             

     Por fin cae al suelo, profuso de telarañas.Tras el, atento, nuestro protagonista acecha. La araña,  se acerca cautelosa. Aun no sabe si su visita es cazador o presa. Al percatarse de que se trata de esta ultima, se lanza a la acción. 

                    

    Es rápido. Tanto que no soy capaz de capturarlo en mi pantalla. Se lanza contra el celífero , evitando sus mandíbulas, y tan rápido como le inyecta el veneno, se retira.

                    

     No tiene prisa. A una distancia prudente, espera a que el toxico surta su efecto. Lleva esperando todo el día, puede esperar mucho mas. Tras unos minutos, el saltamontes deja de moverse.

    Ahora pueden ocurrir dos cosas. Si no ha probado bocado en un tiempo comerá, en caso contrario la envolverá en hilo de seda, y se convertirá en parte de su despensa. El ciclo de la vida continua en la sierra.