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martes, 25 de enero de 2022

Viaje hacia tierras andaluzas. Días 3, 4 y 5. Andujar y vuelta por Cabañeros.

 ¡Buenas otra vez!

Arrancamos con la segunda parte ( ver primera parte aquí ) de este gran viaje por tierras del sur. Habíamos dejado el viaje en la primera parte en el pueblo de Baños de la Encina. Tocaba poner rumbo a la sierra de Andújar, residencia del lince ibérico y otros muchos animales.

La sierra de Andújar es un territorio inmenso, ocupado mayormente por fincas particulares entre pequeñas manchas de tierra publica. La caza es una practica habitual por estas tierras llenas de grandes herbívoros, alimentados artificialmente en ciertas épocas del año para suplir la escasez que sufren debido a las grandes poblaciones que soporta la tierra. 

Es precisamente este modo artificial de criar las especies cinegéticas, lo que hace a su vez que caminar por esas tierras sea lo mas parecido a un safari que podremos encontrar por España. Y quien dice andando dice conduciendo, que fue la opción por la que finalmente nosotros nos decidimos.

Andújar

Debido a las grandes distancias que abarca este parque natural, nuestras ganas de querer verlo todo y la poca cantidad de senderos habilitados para caminar ( en nuestra opinión), creemos que no hay mejor opción para una rápida visita de un par de días, como iba a ser la nuestra.

Paisaje típico de Andújar

Para este "safari" decidimos tomar la única carretera publica que atraviesa el parque de este a oeste, a través de bosques y dehesas. La carretera parte del pueblo minero de El Centenillo. Este pueblo por si solo, en mi opinión ya merece una visita. Aquí el ser humano modeló la tierra a su antojo para extraer los minerales que bajo ella se esconden, creando un paisaje de terraplenes, fosos y chimeneas por doquier. Merece la pena visitar alguno de los museos dedicados a la minería que existen en la región.

El Centenillo, Andújar

Desde aquí, un camino sin perdida nos descubre la sierra, pudiendo ver sin mucha dificultad, y durante kilómetros, multitud de ciervos, gamos, muflones, jabalís, etc. Prácticamente a la vuelta de cada curva aparecían ante nuestros ojos animales, acostumbrados a la presencia humana aunque un poco recelosos debido a la época del año en la que nos encontramos, época de monterías.

Ciervo en Andújar

Aquí y allá asomaban multitud de ciervos

El largo recorrido terminó para nosotros en el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Aquí vimos al día siguiente el amanecer, desde lo alto de la colina. El mar de nubes era impresionante y disfrutamos un buen rato. 

Amanecer desde el Santuario de la Virgen de la Cabeza

Santuario de la Virgen de la Cabeza

Como aun no nos habíamos cansado de ver "pelo", nos dirijimos al norte, a tierras toledanas, al encuentro de otro de los parque naturales mas emblemáticos y famosos de España. El parque nacional de Cabañeros. Emplazado entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, este parque es enormemente conocido por uno de sus mas emblemáticos habitantes, el ciervo. Se reúnen aquí, en palabras del propio guía que contratamos para una visita por la parte restringida del parque, alrededor de 4500 ciervos. Estos pastan en otoño e invierno por la dehesa, dejándose ver con facilidad y en grandes cantidades. Parecían incluso rebaños de cabras, tal era la cantidad.  

Ciervos en Cabañeros

Ciervos en Cabañeros

La visita la realizamos en un 4x4, una especie de pequeño autobús de unas diez plazas que nos llevo aquí y allá por el parque, viendo además de ciervos, muflones, zorros, grullas... Otro de los platos fuertes del parque son los buitres negros, de los que crían aquí casi 200 parejas. Los vimos en gran cantidad gracias a un teleobjetivo terrestre que portaba el guía, sobre nuestras cabezas y en las montañas que rodean las dehesas.  No quiero alargarme mas, así que por ahora me despido. ¡Nos vemos en el campo!

Reflexión final: Partía en este viaje con la sensación de que íbamos a ver animales "enjaulados", lejos del ideal que yo y muchos otros tenemos de observar estos en su medio natural, libres. En estos lugares, especialmente en Andújar, los animales son alimentados en épocas de sequia, son cercados y contabilizados como ganado, se cuidan las poblaciones como un medio mas del que sacar provecho por el medio de la caza y quizá el turismo fotográfico tan en auge últimamente. Teníamos la sensación de que aquello era un "circo" creado por el ser humano, modelado y creado exclusivamente para su uso y provecho económico.

Tras el viaje la sensación es la misma, pero en cierto modo otro pensamiento ha venido a mi mente. Conociendo la naturaleza del ser humano, en la que todo recurso al alcance de la mano debe ser aprovechado y explotado hasta las ultimas, quizá no sea tan mala esta forma que han desarrollado en el sur de España. De la manera en la que esta concebido, al menos concede un paraje semisalvaje en el que vivir a multitud de especies, mas allá de las meramente aprovechables por el ser humano. Las mantiene en estas inmensas fincas de caza lejos del peligro de la urbanización y la plantación de especies exóticas que tanto daño esta haciendo en otras partes de la península. Quizá no sea tan malo esta forma de organizar la naturaleza como yo creía, antes de comenzar el viaje. No es la mejor manera pero se acerca algo al ideal de poder dejar a la naturaleza en paz, lejos de la influencia destructora del ser humano. No se, es solo uno de los pensamientos que provocan viajes como este, tal vez errado o no completamente cierto.  Dicho lo dicho, solo me queda despedirme una vez mas. 

Nos vemos!

Chao chao! 

Perdiz roja

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