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viernes, 6 de enero de 2023

Conociendo Poza de la Sal y su famoso diapiro

 Buenos días,

Una vez mas vuelvo al blog para dejar constancia de otra de las rutas que voy haciendo, una de esas en las que no se nos olvida sacar la cámara y podemos así mostrar lo que vemos durante el camino. Esta vez nos encaminamos con el coche a la cuna de nacimiento del naturalista Felix Rodriguez de la Fuente, Poza de la Sal. 

Referente en la península como divulgador de todo lo relacionado con la naturaleza y responsable parcialmente de que yo mismo me encuentre escribiendo estas líneas, pretendíamos con este viaje conocer mejor el medio en el que se crió, así como conocer este paraje, que esconde como veremos muchos secretos.

Recorrido por el diapiro de Poza de la Sal

La ruta que decidimos hacer la decidimos sobre el terreno, ya que teníamos planeada otra escapada para ese día. El resultado fue un recorrido de  unos 10 kilometros, tanto por pistas como por fuera de ellas, recorriendo algunos de los lugares mas emblemáticos de la zona.

La ruta comienza en el mismo pueblo, internándonos por una barriada, llena de gatos, al norte del mismo. Rápidamente ganamos altura por un caminejo improvisado hacia el cordal que separa la montaña en dos. Es sin duda el tramo mas exigente del recorrido, así que nos alegramos teniendo las piernas frescas de momento. 

Casa natal de Felix Rodriguez de la Fuente

Ascendemos con rapidez entre cortados, mientras los buitres y demás aves nos regalan vuelos a escasos metros. Aquí y allá se observan nidos y posaderos que nos hacen preguntarnos cuantas horas pasaría Felix Rodriguez de la Fuente subido en estas rocas con sus prismáticos, hace ya mas de 50 años. Sin duda, experiencias como las que vivimos podrían hacer a mas de uno apasionarse por este mundillo de las aves.

Mirada abajo hacia el cordal, Poza de la Sal y el valle.

Una vez en lo alto del cordal, toca disfrutar de una buena caminata de unos 5 km rodeando los afilados bordes del diapiro de sal, que da nombre al pueblo y fue la fuente de economía principal del mismo desde tiempos de los romanos. Fue aquí donde nos entretuvimos fotografiando esas formas de vida que muchas veces, por su tamaño, pasan inadvertidas. Dejare un pequeño reportaje de esto que digo al final de este mismo reportaje.

Es ahora hora de entender el paisaje por el que nos movemos y que hace especial esta ruta, el ya nombrado diapiro. Tratare, ya que no soy ningún experto en el tema, de explicar esto de la forma mas rápida y amena que pueda, para que podamos hacernos una idea de lo que estamos viendo. 

Para ello tenemos que remontarnos a hace 200 millones de años, cuando gran parte de la cornisa cantábrica formaba parte del antiguo mar de Thetys. Con el aumento gradual de las temperaturas los mares fueron subiendo su nivel y esta zona pasó a formar parte de una zona costera o lago interior salado. El ciclo de evaporación e inundación se alternaron creando una serie de sedimentos en forma de sales, yesos y arcillas, de baja densidad. A sus vez, un proceso de erupción dejó en su interior magma que con el paso del tiempo se convertiría en ofitas.

Después, sucesivas capas de sedimentos carbonatados cubrieron el fondo del lago o zona costera durante el Jurásico y Cretácico, 65 millones de años atrás, creando capas de material calizo.  Estas calizas, de mayor densidad que las sales y los yesos que se esconden debajo, no pueden evitar que estos acaben emergiendo, creando los llamados domos salinos. Este domo en particular contenía y contiene en su interior las ofitas antes mencionadas, que fueron emergiendo a su vez en el interior del diapiro.

Vista general del diapiro de Poza de la sal, desde el cordal

Debemos imaginarnos en este momento un gran montículo salino, semejante al que se encuentra en Cardona ( Cataluña), que ocuparía gran parte de la depresión que ahora domina el céntrico Castellar que conoceremos mas adelante, constituido de viejas ofitas. Y es que la situación actual terminó por concretarse tras millones de años de erosión, principalmente a causa de la lluvia, que terminó por disolver gran parte del gran domo, dejando a la vista el citado Castellar y todo el cresterío de calizas que recorreremos en esta  ocasión.

Terminada ya esta explicación, sigamos recorriendo este lugar. A continuación hicimos cima en Altotero ( 1176m), punto mas alto de nuestra ruta y desde la que se tiene una buena vista de todo el diapiro y el Castelar, al que ahora nos dirigimos por un sendero al otro lado del valle. Para llegar pasaremos antes por el antiguo almacén de las minas de sal, ahora en ruinas. A la izquierda del edificio vemos el sendero que, a través de unos bonitos campos de cebada nos conduce al Castelar.

Almacén de las minas de sal, en ruinas

Obra de algún Alcaudón de la zona

Campos de trigo entre nosotros y el Castelar

Desde la cima del Castelar

Tras una rápida ascensión para admirar las vistas, es hora de visitar una de las pozas de las antiguas salinas, hoy reacondicionada para visitas, que se encuentran al otro lado. Es un lugar curioso, que merece la pena visitar.

Salina. Detalle

Salina. Detalle

Salina. Detalle

El camino nos lleva por último de regreso al pueblo. Por el camino, podremos admirar una serie de salinas restauradas y un afloramiento de arcillas y sales del Triásico, destacando sobre el paisaje.

Antiguas salinas reconstruidas, junto al pueblo

Afloramiento

Por último, os dejo bajo estas líneas el reportaje del que os hablaba al principio, con algunos, muy pocos de los pequeños animales que pueblan nuestra tierra. Se agradecen identificaciones, ya que no tengo mucha idea en esta área. Nada mas que añadir esta vez. Espero que os haya  gustado y no dejéis de visitar este lugar, realmente merece la pena. ¡Feliz año y hasta otra!









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